Hoy quiero hablarte sobre algo que le paso Dennis Smith Jr., estrella de la NBA. Y es que en una jugada cayó al suelo tras un movimiento explosivo, la escena no fue inusual para un deportista de su nivel. Sin embargo, el diagnóstico reveló algo extraordinario: un desgarre en su ligamento cruzado anterior (ACL). Durante la cirugía, los médicos descubrieron que Smith tenía dos ACL en la rodilla afectada, una anomalía extremadamente rara.
Este hallazgo no solo sorprendió al mundo deportivo, sino que también abrió una discusión sobre las variaciones anatómicas y su impacto en la vulnerabilidad a lesiones, la rehabilitación y el desempeño deportivo.
Las lesiones del ACL son un desafío común y devastador en el deporte, capaces de tronchar carreras y redefinir la trayectoria de los atletas. En este artículo busco profundizar en el fenómeno del ACL duplicado, analizar las incidencias y los factores de riesgo de las lesiones de ACL, y presentar estrategias basadas en evidencia científica para prevenirlas (o disminuir la posibilidad de que ocurra) y tratarlas.
El ACL duplicado es una anomalía congénita extremadamente rara, presente en menos del 1% de la población (Kato et al., 2016). Se caracteriza por la presencia de dos ligamentos cruzados anteriores en una o ambas rodillas.
- Puede incluir un ligamento funcional y otro vestigial.
- Esta condición puede alterar la estabilidad biomecánica de la rodilla, aunque en algunos casos no genera síntomas hasta que ocurre una lesión o intervención quirúrgica.
Las lesiones de ACL son frecuentes en deportes que implican cambios rápidos de dirección, giros y saltos. Más del 70% de estas lesiones son no-contacto, lo que enfatiza la importancia de factores biomecanicos y de entrenamiento.
- Prevalencia: Hasta 1 de cada 29 atletas de deportes de alto impacto sufre una lesión de ACL a lo largo de su carrera (Dai et al., 2014).
- Riesgo en mujeres: Las atletas tienen un riesgo 3-6 veces mayor que los hombres debido a diferencias anatómicas, hormonales y biomecánicas (Hewett et al., 2006).
Entre los factores de riesgo que podemos mencionar estan:
1. Déficits musculares: Desequilibrios entre cuádriceps e isquiotibiales.
2. Biomecánica incorrecta: Movimientos inseguros como el valgo dinámico.
3. Control neuromuscular deficiente: Falta de propiocepción y estabilidad funcional.
4. Anomalías anatómicas: Como el ACL duplicado, que puede influir en la estabilidad de la articulación.
La pregunta importante dentro de todo esto, ¿cómo podriamos disminuir la posibilidad de que ocurran lesiones de ACL?
Programas preventivos específicos pueden reducir hasta un 50% el riesgo de lesiones de ACL (Grooms et al., 2013). Estos incluyen fortalecimiento muscular, entrenamiento neuromuscular y educación biomecánica.
1. Fortalecimiento muscular
El fortalecimiento de cuádriceps, isquiotibiales y glúteos mejora la estabilidad articular. Un estudio reciente destacó que entrenamientos con cargas progresivas y ejercicios como sentadillas pesadas son esenciales para reducir el riesgo de lesiones y evitar complicaciones posteriores.
2. Programas de prevención estructurados
Métodos como el FIFA 11+ y el PEP Program combinan pliometría, equilibrio y fortalecimiento, y han demostrado ser efectivos para mejorar el control neuromuscular y la biomecánica de los movimientos.
3. Rehabilitación previa a la cirugía
El protocolo Delaware-Oslo propone una rehabilitación intensiva de cinco semanas antes de decidir la cirugía. Este enfoque, que incluye entrenamiento de fuerza estructurado, mejora significativamente la fuerza y funcionalidad de la rodilla, incluso en pacientes que optaron por no operarse.
4. Evaluaciones personalizadas
El uso de análisis de movimiento y pruebas funcionales puede identificar patrones inseguros y personalizar los programas de prevención y rehabilitación.
Aunque no existen protocolos específicos para casos de ACL duplicado, la rehabilitación sigue principios generales que incluyen:
- Progresión de fuerza: Ejercicios funcionales como sentadillas y estocadas.
- Estabilidad dinámica: Trabajo de equilibrio y propiocepción.
- Seguimiento prolongado: Rehabilitación de al menos 9-12 meses para garantizar la recuperación total.
El caso de Dennis Smith Jr. y las investigaciones recientes sobre lesiones de ACL destacan la complejidad y diversidad del cuerpo humano. Más allá de las estadísticas y los protocolos, estas historias nos recuerdan que la ciencia y la medicina deportiva son herramientas para comprender mejor las capacidades humanas y superar desafíos.
La prevención de lesiones no se trata solo de evitar caídas; es un compromiso continuo para construir cuerpos más fuertes, equilibrados y resilientes. Con enfoques personalizados y basados en evidencia, podemos ayudar a los atletas a regresar a su mejor forma, más preparados para enfrentar los desafíos físicos y mentales que el deporte demanda.
En el deporte, como en la vida, cada paso cuenta, y el viaje hacia la recuperación y el éxito está lleno de aprendizajes y el cuerpo humano nos sigue sorprendiendo, así como nuestra capacidad para entenderlo y optimizarlo, esto un testimonio completo sobre nuestra evolución.
Referencias
1. Urhausen, A., et al. (2024). *Delaware-Oslo ACL Cohort Treatment Algorithm*. Norwegian School of Sport Sciences.
2. Hewett, T. E., et al. (2006). "Mechanisms, prediction, and prevention of ACL injuries." *The American Journal of Sports Medicine*.
3. Grooms, D. R., et al. (2013). "Neuroplasticity following ACL injury and rehabilitation." *Sports Medicine*.
4. Myer, G. D., et al. (2005). "The effects of plyometric training on neuromuscular control." *Journal of Strength and Conditioning Research*.
5. Dai, B., et al. (2014). "The incidence of ACL injuries in elite athletes: A decade of research." *Journal of Sports Science & Medicine*.
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